5.15.2020

【 Historia real de abuso sexual infantil 】 ¿Una pesadilla o un recuerdo?

No era una pesadilla

Era un recuerdo, pero no lograba diferenciarlo porque aún  era una niña. No lograba diferenciar porque venían a mi cabeza imágenes que me hacían llorar, sin lograr decirle a mis padres qué me pasaba, o qué había pasado. Traté de llevar mi vida de la mejor manera tal cual lo hace un niño de ocho o nueve años. 

Pero conforme iba creciendo, entré a la secundaria y mi tormento era aún más grande. Recuerdo que escuchaba la clase mientras observaba la pizarra, y de pronto aquella imagen llegaba a mi cabeza. Temblaba y lloraba a la vez. ¿Sabes qué imagen era? dentro de una habitación con un hombre de aspecto muy sucio mirándome mientras me colocaba en una cama, yo era solo una bebé, quieta sin poder moverme. Recuerdo que él se acercaba y colocaba sus dedos dentro de mí, y yo lloraba. Esto es un episodio de mi vida que me fue comiendo el cerebro por años. ¿Realmente me violaron? Dicen que violar es cuando te introducen sus partes asquerosas por dentro, pero creo que violar es desde que tocan a alguien que no se puede defender por sí misma, desde que una dice que No.
Niña abusada, en peligro
Imagen de  DarkWorkX en Pixabay
Viví con esto por años logrando entender o pensar qué había pasado, por qué me venían todos estos recuerdos. Entonces logré entender en la secundaria que nunca fue una pesadilla, sino un recuerdo que viví en carne propia de un abuso sexual infantil, una violación a la inocencia de un ser indefenso. Pero traté de que esto no me ponga mal, traté de que esto me hiciera más fuerte. Hasta que un día me senté en la mesa y hablé con mamá sobre por qué me venían estos recuerdos, y ella empezó llorar y me dijo la verdad, ahí logré otra vez entender que no era una pesadilla, que esto era una realidad

Mi mamá me comenzó a decir la misma historia que estaba en mi cabeza, pero me dijo que introdujo sus dedos, que me hicieron exámenes, y no hubo penetración. Cómo poder decirle a mi madre en ese momento que deje de llorar, cuando me contaban y nuevamente abría una herida que ella y yo vivimos en algún momento, porque no hay peor dolor para mí y para mi madre, que el haber sufrido en carne propia este trauma tan inhumano. Cuando alguien daña a su hijo, duele. Pues ahora que lo escribo para contarlo, duele otra vez, pero cada día, cada mes, cada año; duele menos. Te hace ser una mujer más fuerte, aunque ahí no acabó mi historia, volví a vivirlo una vez más por parte de un "amigo", así es, esta experiencia se repitió a mis 27 años. A veces nos preguntamos «¿por qué volver a pasar por el mismo episodio?»«¿acaso fue que hicimos algo mal?», bueno, yo no creo eso, solo pienso que son cosas que el ser humano, con diferentes experiencias, sufre a lo largo de su vida, y hace que nos ayude quizás a ser más fuertes
Madre e hija en paz.
Imagen de silviarita en Pixabay
A pesar de vivir dos acontecimientos muy lamentables y tristes, hoy no me deprimo, soy feliz porque pude salir de esto, porque hoy soy más fuerte. Sé que hay una justicia divina, y tarde o temprano todo llega en el momento menos esperado. Y dime, ¿cuál es tu historia

Autor@ de Oral Text Blog