Esta cuarentena nos tiene realmente pendientes de todas nuestras redes sociales, nos percatamos de todas las nuevas actualizaciones de las noticias, los estados de nuestros amigos, y cuánto video de recetas y tutoriales encontremos, sin contar que ahora tenemos a TikTok como una nueva app para mantenernos entretenidos. Sin embargo, estas son sólo distracciones, que lo único que hacen es mantenernos en un estado automático para no sentirnos solos o aburridos. En ese sentido, hay muchas personas que luego, hartos de tanta distracción, comienzan a migrar a otras plataformas o apps para llenar ese vacío de soledad que todavía sienten.
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Ahora tenemos infinidad de apps que nos conectan con otras personas, ya sea en video, chat o llamadas, nos mantienen a la expectativa de quién será esa persona que logrará captar nuestra atención durante estos días. En estas apps, tenemos un catálogo enorme de diversos perfiles, cada uno más afín a nuestros gustos, temas en común y hasta posibles complementos profesionales. Todo sea por encontrar al compañero ideal para “pasar el rato”. Pero, ¿qué sucede cuando encuentras a esta persona y realmente te “engancha” con su compañía? ¿Será que está surgiendo algo más? De pronto sus conversaciones son más frecuentes, cada vez descubres más cosas que te siguen interesando, y tratas de distraerte haciendo o viendo cualquier otra cosa, pero nuevamente vuelves a retomar esa conversación con tal de saber algo más de esa persona.
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Entonces llega el día de la famosa "videollamada", sí, esta vez se trata de una cita. Te alistas esperando con ansias ese momento, para poder verse e intercambiar algo más que solo palabras —también miradas—, ver cómo se emociona por tener ese momento de conexión, que no solo fueran sus palabras del chat, sino algo más, algo que todavía no sabes qué es. Al finalizar, te das cuenta que no quieres esperar mucho tiempo para que se vean en persona, y deseas que pase todo lo que sea necesario para disfrutar mejor de su compañía. Sin embargo, sabes que estás en cuarentena, que inclusive no sabes cuándo pueda acabar, que van a pasar muchos días, incluso semanas para que puedan verse en persona, y deseas que nada malo le pase, porque te das cuenta que esa persona realmente te importa.
Entonces piensas, ¡Oh no!, ¿estoy enamorándome?, pues todo parece ser que esa ilusión que sientes sí se trata de algo más que solo un gusto físico. Lo cual es muy raro y diferente, dado que nunca antes te había pasado que solo con sus palabras y su voz, logre gustarte compartir tanto esos momentos con aquella persona. Sobre todo, se hace más intenso si no puedes verla realmente. Esto hace que tu curiosidad se mantenga alerta, esperando ansiosamente el día donde por fin podrán verse y tocarse, sentirse y compartir mucho más.
Pasan los días, y ahí estás tú, con la emoción que crece cada día más, sin embargo, comienzas a notar que ciertas cosas pasan por parte de la otra persona, que probablemente ya no muestra la misma intensidad de antes, que se demora en responderte, y de pronto, ya no está tan disponible para ti.
Te comienzas a cuestionar, qué pudo pasar, qué hiciste, qué dijiste para que cambiara. No logras ver qué pasó. De pronto, te das cuenta que tú eras también una distracción, como una red social que, mientras era la novedad con contenido entretenido, lo que hacías era distraer a la otra persona, hasta que encontrara algo más interesante en dónde poner su atención.
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“Suena fuerte” al leerlo, ¿verdad? Pues, en esta cuarentena, no eres el único que ha pasado por esto. En este contexto, muchas personas han pasado por diversas fases para encontrar tranquilidad emocional con respecto a su familia, amigos, situación económica o laboral. Y, conocer a alguien nuevo y tratar que esa conexión perdure, hace que la situación sea muy inestable, si lo ponemos en comparación con la lista de prioridades que una persona pueda tener, antes de incluir a alguien nuevo en su vida.
Cada persona es un mundo nuevo, y en situaciones de crisis como esta, muchos mundos pueden derrumbarse, o pueden encontrar la forma de reinventarse para continuar. Nadie sabe con certeza qué pueda pasar de ahora en adelante, lo que sí se sabe, es que en esta crisis, cada uno vela por sus propios intereses, y los de su familia o de quienes los rodean.
No te sientas mal por enterarte sobre estas verdades incómodas y desconcertantes, debemos entender que no todos podemos una prioridad para alguien, sobre todo en situaciones como esta. Lo que queda por hacer ahora, es dejar que el tiempo pase, y tomarlo como una experiencia que te enseña a no depositar confianza, tiempo y energías en alguien que recién estas conociendo. Entender que, para que las relaciones se den y perduren, la atención debe ser mutua al igual que las ganas, y que esto debe ser constante, alimentada de paciencia y empatía. De lo contrario, parecerá una pérdida de tiempo; sin embargo, lo que ganas de esta experiencia es fortalecer tu descubrimiento propio, que a pesar de las circunstancias, eres capaz de distraerte y disfrutar momentos, que aunque sean efímeros, logras cumplir tu propósito: distraerte de la cuarentena.
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Si ves el lado positivo de las cosas, las experiencias que vivimos bajo cuarentena, nos ayudan a probar de qué estamos hechos. Si podemos superar los que nos pasa ahora, podemos con todo lo que venga más adelante, cualquiera sea la circunstancia, sobre todo en el ámbito emocional.
De igual manera, debemos entender que las personas que conocemos, vienen y van, y cada uno está en constante búsqueda de su propio camino. Eso no los hace ni malos ni egoístas, sólo que, en esa búsqueda, las personas eligen lo mejor para ellas mismas (para ese momento o para futuro), lo cual, si no te eligen a ti para compartir el camino, no está mal; solo concéntrate en disfrutar tu propio camino, y hacer que esta experiencia sume fortaleza a tu estabilidad emocional.
Finalmente, estamos en esta vida por solo un momento, nada ni nadie vale tanto como para atormentarnos o esperar algún mínimo de atención. El enfoque ahora es crecer y aprender, para que cuando llegue la persona correcta, sepamos valorar lo bueno que te pueda traer la vida junto a ella.