Te hablo a ti, tú que te crees juez y dueño de la verdad, que te dedicas a juzgar y hablar del resto, este artículo va dirigido especialmente para ti. Porque hoy, juzgar y ser juzgado es cosa de todo los días, llegando al punto de asumir el papel de jueces para aquellos eventos que uno pasa en su vida, y lanzando comentarios críticos y malintencionados sin que nadie te los haya pedido.
Uno de los medios de la sociedad actual, sobre todo más usados en estos tiempos de cuarentena, es que ahora tenemos diferentes plataformas para observarnos los unos a otros, como por ejemplo: las redes sociales, donde podemos ver que la sociedad es más libre para expresar su pensar o sentir, y hace más fácil poder conocer a cada persona en base a la información o los tipos de contenidos que suele subir, llegando a tener una idea del perfil de sus usuarios, o una parte de sus intereses personales que nunca se pensaban conocer. Este mundo de las redes ha generado una oportunidad para las personas, ya que puedes llegar a otras, poder conseguir amistades, oportunidades laborales, económicas, etc.
Imagen de Fabio Scaletta en Pexels |
Sin embargo, podemos ver que hay ciertas personas que suelen usar las redes, no necesariamente para las mencionadas líneas arriba, sino para comunicar de una perspectiva diferente a otros con comentarios negativos y hasta discriminadores, queriendo dañar constantemente a la otra persona, que, de forma sistemática, utilizan estos medios para criticar y juzgar a los demás. Me pregunto: ¿quién eres tú para juzgar?
Yo creo que si me pongo hablar de un tema constructivo con alguien, recibiré comentarios negativos de algunas personas que solo viven para criticar y juzgar. Y es aquí donde hay una observación, en la que convierten cualquier tema en un problema. Pero, el problema de estas personas es con ellos mismos, ya que buscan sentirse bien, mostrándose superior a otros, como si se tratara de un concurso de “soberbia”, la que al final, no es más que el resultado de la falta de personalidad y autoestima que tienen.
El juzgar de las personas es un tema muy amplio ya que hay varios aspectos de la cual uno hablaría, pero aquí hablamos del sentir de las personas juzgadoras y que creen ser dueñas de la verdad, o de la vida de los demás.
Comento este tema, porque no dejo de leer comentarios de otras personas sobre lo que deberían hacer, decir, o hasta vestir; los demás. Y seguro te preguntarás: ¿y eso por qué te afecta? Pues, muy simple, porque a mí también me critican por todo y por nada. Sí, es una realidad triste, donde al final, las acciones, decisiones y palabras de una persona, se convierten en excusas para los “críticos”, como si se alimentaran de lo que hacen los demás para lanzar sus comentarios destructivos.
Comentarios online |
En el caso de los varones, ellos son asiduos consumidores de este tipo de contenido, y lo que hacen es compartirlo con su comunidad o grupo de amigos.
Hago esta aclaración, porque finalmente, todos somos consumidores de este tipo de contenidos, ya sea solo para ver o replicarlo, y ver cómo nos queda.
Seamos sinceros, todos aspiramos a ser vistos y admirados, por cualquiera que sean nuestros atributos, eso nos alimenta un poco el ego y nos hace sentir bien. Pero qué sucede cuando viene alguien, con aires de superioridad a tratar de aplastar ese poco de auto credibilidad que trataste de construir tú mismo. Se siente mal, ¿verdad?
Es exactamente lo que siento ahora —de forma empática— con comentarios como, “¡Ay, estás muy gorda!”, “¡Por qué sales tanto!” (antes de la cuarentena), “Una mujer de su casa no anda con amigos hombres todo el tiempo”, “¿Otro tatuaje?”, “Ahí la calabaza, que solo muestra el cuerpo porque cerebro no tiene”, “Seguro consiguió ese ascenso porque se metió con el jefe”; y en el caso de los varones: “No trabaja y sale todos los fines de semana, debe andar en algo ilegal”, “¿Todavía no tienes novia?”, “¿Todavía sigues con tu 'flaca', pero si hay muchas más?”, “Tu proyecto no va funcionar, mejor consíguete un trabajo de verdad”, y un sin fin de etc...
Hago esta comparación porque los prejuicios, inclusive, se muestran dependiendo de quién seas, cuando sabemos que tanto, hombres como mujeres, hacen las mismas acciones, solo que se decide juzgar de forma diferente a cada uno.
No te culpo por pensar así, por creer que tu vida es tan correcta y perfecta, como para compararte con los demás y creerte dueño de sus decisiones. Sin ir muy lejos, probablemente en casa, hayas tenido que vivir ceñido a reglas muy rígidas, donde no te permitían ser, y ahora ya más grande, solo te queda ser un crítico de ventana, sugiriendo lo que “deberían hacer los demás”, porque probablemente tú mismo no te sientes capaz de hacerlo.
Probablemente logre causarte incomodidad lo que te digo, pero no hago más que decirte la verdad, esa verdad que juras solo tener tú, y que nadie más puede decir, porque “TÚ ERES PERFECTO”.
Pues, ¿qué crees?, NADIE ES PERFECTO, cada uno hace lo que hace de acuerdo a lo que cree conveniente expresar en ese momento. Nadie tiene un manual de cómo vivir de forma perfecta, todos estamos en ese camino de autodescubrimiento, donde, con errores y aprendizajes, vamos avanzando para lograr algo que a nosotros mismos nos resulte importante; NO tus opiniones.
Por ahí una vez escuché: “Vive y deja vivir”, y es exactamente lo que hago, dejar vivir a los demás, sin meterme en sus asuntos, y que no se metan en los míos, dado que, todos estamos en esta vida de pasada, no hacemos más que vivir el día a día como podemos, y en esta pandemia, sobrevivimos para poder contar un día más.
Espero que te haya servido para reflexionar y que puedas también aplicar a tu vida esta frase. Verás cómo te liberas de tanto prejuicio y aprendes a vivir tú también.
Vivir la vida |
Tema sugerido y co-escrito por: Senda.